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Gamifiación en el aula y sus ventajas


Para muchos, el concepto de gamificación es nuevo, sin embargo, se trata solo de un anglicismo que, en realidad, en el ámbito educativo se lleva poniendo en práctica desde hace muchos años. La gamificación es una metodología basada en el juego para resolver actividades no lúdicas. Aplicada a la educación, usar técnicas y mecanismos del juego para alcanzar objetivos del aprendizaje específicos. 

Basada en dos elementos básicos, la gamificación permite alcanzar resultados rápidos y eficaces en el proceso de aprendizaje. Como primer pilar fundamental, se apoya en la diversión, convirtiendo actividades en ejercicios entretenidos y amenos. La motivación sería el segundo pilar donde se sustenta, ya que incentiva la curiosidad y genera interés en temas poco atractivos. Esta metodología funciona porque promueve el aprendizaje, ciertos conocimientos se pueden asentar mejor y estimula a los alumnos, entre otros. 

La gamificación permite el trabajo práctico en el aula. No se resume simplemente a un juego, sino al uso de sus dinámicas para recrear un ambiente más amable para el estudiante. Es una buena estrategia para hacer mucho más fácil y eficientes ciertas actividades donde resolver problemas. A continuación, te dejamos algunos de los beneficios de su uso en las aulas: 

Promueve la retención de información

Cuando se eliminan los elementos negativos asociados al aprendizaje y a ciertas actividades desmotivadoras, se impulsan determinados factores que permiten una asimilación natural de los contenidos. Gracias a la retención de esta información, el estudiante relacionará los conocimientos nuevos con los que ya posee, adquiriendo nueva información de manera comprensible y afianzándola.

Mejora el compromiso 

La gamificación predispone psicológicamente a un alumno, es decir, las dinámicas de juego permiten una implicación mayor en relación con las tareas asignadas. Generar un entorno conocido al estudiante conlleva a la comprensión del proceso, y, por tanto, a un compromiso mayor.

Desafíos continuos

Existen infinidad de tipos de gamificación, si nos centramos en las fichas interactivas, estas permiten incluir retos tanto individuales como grupales. Cada alumno tiene un proceso de asimilación de conocimientos y gracias a este tipo de técnicas se pueden establecer mecanismos de manera personalizada. 

Retroalimentación instantánea

El alumno aprenderá más rápido con un sistema de enseñanza-aprendizaje que le proporcione un feedback inmediato. Volviendo a las fichas interactivas como ejemplo, estas cuentan con un sistema de evaluación que se ejecuta en el acto, otorgando las respuestas al momento. 

Fomenta la colaboración y la participación

Un aumento de la motivación equivale a un incremento en la participación. Uno de los beneficios que la gamificación ofrece, es ese desarrollo de la participación para conseguir objetivos concretos. En ocasiones, esto puede fomentar la socialización entre los estudiantes si se realizan trabajos en equipo.

La gamificación con fines educativos funciona, el uso de esta metodología tiende a disparar la motivación y el compromiso tanto de alumnos como educadores. Es una manera eficaz de evitar el rechazo a los temas de estudio. Un alumno que es desafiado a superar sus propios límites, convirtiendo las asignaturas en algo divertido, llegará a sobrepasar nuevas metas y progresar mientras interioriza los conocimientos académicos. Los docentes son los responsables de liderar un cambio hacia nuevas formas de aprendizaje.

15/12/2021